La iluminación es muy importante para el desarrollo de las gallinas ponedoras y la producción de huevos. Las aves detectan la luz no solamente a través de los receptores del cono de la retina del ojo, sino también por los fotoreceptores retinales en la glándula pineal y el hipotálamo. La respuesta a la luz controla el ritmo circadiano en un ciclo de 24 horas, en los aspectos hormonales y de comportamiento del ave.
La duración, la intensidad y el espectro de la luz afecta a las aves, es por ello que la luz puede utilizarse como una herramienta de manejo para ayudar a optimizar el crecimiento de las pollitas, la edad de la madurez sexual, el peso y la producción de huevo en las ponedoras bajo una variedad de ambientes.
Como regla general, la disminución de la duración de la luz se utiliza durante el crecimiento de las pollitas y el aumento para estimular a las ponedoras. La Luz es factor determinante en el medio ambiente de las aves y se puede manipular para lograr los objetivos propuestos, como el número o el tamaño de los huevos. Las aves pueden responder de manera positiva a la estimulación lumínica. Este conocimiento nos ha llevado a implementar programas tendientes a manejar el fotoperíodo (duración del día) en las diferentes fases de cría, levante y producción. De esta manera se ha logrado constancia y regularidad en los inicios de postura, mejores picos de producción y por consiguiente mayor número de huevos por ave alojada.
El espectro de sensibilidad en las aves es entre 400- 480 nm (azul) y 650-700 nm (rojo), por lo que es mayor que el de los humanos, y esto hace que las aves perciban la luz de diferentes fuentes con mayor brillo. Un exceso de horas de luz hace que se aumente la producción de dopamina y se suprima la producción de Melatonina (hormona del sueño), esto puede llegar a generar estrés o agresividad principalmente de los machos en galpones de reproductoras donde existen bombillas ahorradoras (CFL) debido al fenómeno denominado “Flicker”, o parpadeo.
Estimulación de la Producción de Huevos
La gallina como cualquier otro tipo de ave son reproductoras estacionales que responden a las variaciones en la longitud del día y a los cambios en la intensidad lumínica. En ese sentido, el sistema reproductivo de las aves es controlado principalmente por las hormonas de un eje neuroendocrino llamado eje hipotálamo-hipófisis-gonadal, el cual se encarga de detectar señales externas y enviar las señales internas para la reproducción y activación de puesta de huevos. Es necesario tener un estímulo luminoso para el buen funcionamiento.
Durante el día, se activará la producción de la gonadotropina hipotalámica I (GnRH-I), que desencadenara la producción de la hormona folículo estimulante (FSH) y luteinizante (LH), las cuales favorecen la maduración gonadal preparando así al organismo para producir y promover desarrollo del tracto reproductivo que llevará a su vez la preparación para la puesta de huevos.
Por otro lado, durante la noche u oscuridad, en la glándula pineal es producida a mayores concentraciones la melatonina, que en este caso se encargará de estimular la liberación de la hormona inhibidora de gonadotropina (GnIH), hormona que tiene como función inhibir la liberación de GnRH-I y por consiguiente regular negativamente el proceso anterior. Razón por la cual, se aplica una fotoestimulación en los receptores cerebrales de la gallina que puede elevar la inhibición en la producción de la melatonina y la GnIH, generando así la liberación de GnRH-I que acelerará la reproducción de las gallinas, es decir, habrá un adelanto en el tiempo de postura.
Por lo que, la estimulación con luz tiene un efecto inmediato en la producción de las hormonas de la reproducción. El nivel estándar de luz para una producción máxima es de 16 horas. La fase de inicio de estímulo del programa de iluminación debe comenzar cuando el peso corporal del ave llegue a la meta deseada desde la fase pre-postura y este debe de alcanzar las 16 horas de luz a las 30 – 35 semanas de edad para ayudar a prolongar la persistencia del pico de producción de huevos.
Eficiencia Alimentaria
Las aves domésticas consumen su alimento regularmente a lo largo del día. Sin embargo, un leve aumento en el consumo se puede observar al principio y al final del período de luz. Por otro lado, bajo condiciones de luz continua, el patrón de consumo es constante, sin importar la hora. En gallinas ponedoras se observa un pico en el consumo al final del día, el cual es particularmente pronunciado si la gallina está en la fase de calcificación de huevo que va a poner al día siguiente. Asimismo, la iluminación puede, por un lado, estimular la ingestión de agua y alimento y, por otro lado, reducir el estrés y el consumo de energía. Por tanto, mejora la tasa de conversión alimenticia. Por consiguiente, todo ello contribuye a la obtención de una mayor cantidad de huevos y a que estos sean más resistentes.
Finalmente, la iluminación adecuada es un factor crucial en la producción de huevos. Implementar un sistema de iluminación efectivo no solo optimiza la producción, sino que también contribuye al bienestar general de las aves. Es importante considerar tanto la cantidad como la calidad de la luz para obtener los mejores resultados en la producción avícola.
Edición: Elsa González y Charly Farfán. Equipo técnico de Inagrofar. contacto@inagrofar.com
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