En Venezuela las explotaciones avícolas son afectadas por las olas de calor, siendo esto el principal factor de estrés para los pollos de engorde, gallinas ponedoras y aves reproductoras. Tomando en cuenta, que las aves de alta productividad necesitan TA: 18 - 24ºC y HR: 50 - 60%. En Venezuela y los países ubicados en la zona tropical, no cuentan con dichas temperaturas en la mayor parte del año productivo.

El estrés por calor es uno de los factores negativos que más afectan a las aves, deteriorando la productividad en granja. En el caso de producción con pollos de engorde, causa disminución de la ganancia de peso, alterando la conversión de alimento y la supervivencia. Mientras que, en la producción con gallinas ponedoras, afecta la productividad y calidad del huevo: Aumento el número de cascarones delgados, reduciendo la producción de huevos y disminución del tamaño de los mismos.

El ave para garantizar su vida, emplea mecanismos para disipar calor; aumentando la frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria e inclusive aplica cambios hormonales. Todo esto a corto y mediano plazo genera daños en órganos funcionales como el hígado e intestino. Por último, si el ave no es capaz de superar los efectos del estrés por calor, se genera la mortalidad.

Por lo tanto, es necesario aplicar estrategias que permitan en la unidad de producción disminuir los efectos causados por el estrés calórico, como: 

Manejo de la densidad: Esta técnica es quizás una de las más usadas en la actualidad en todos los países del mundo, incluyendo aquellos de clima templado, durante el verano. Consiste simplemente en ajustar el nº de aves por metro cuadrado según las condiciones ambientales. En condiciones de confort térmico, se utilizan de 15 a 25 pollos por m² según el tipo de instalación, mientras que en situaciones de estrés térmico > 30ºC, hablamos de 7 a 8 pollos/ m². Este ajuste de densidad, ayuda enormemente a reducir el estrés térmico, porque reduce considerablemente el aporte calórico del propio pollo al ambiente, que en algunas condiciones podría representar 2 a 4 ºC más de temperatura ambiente. Para el manejo de la densidad es primordial considerar el sexo de los pollos, al ingresar hembras en galpones se pude manejar una densidad mayor en comparación con los machos. 

Instalaciones y equipos: El calor que se produce en un galpón proviene de dos fuentes, el producido por los pollos a través de su metabolismo y el que ingresa de la radiación a través del techo. Este último se puede reducir con el uso de coberturas capaces de limitar su ingreso al interior del galpón. A través del diseño de las coberturas también se puede mejorar su función. La altura y el uso de cumbreras ú otro tipo de abertura en la parte central son dos elementos del diseño que favorecen la reducción del calor en el interior del galón. En las granjas venezolanas las coberturas de aluminio y zinc han sido tradicionalmente empleadas, y criticadas por creer que aumentan significativamente la temperatura ambiente interna en comparación con el acerolit. Sin embargo, estudios científicos donde comparan estos materiales, no encontraron diferencias significativas en el rendimiento productivo y en mortalidad. Igualmente es válida la colocación de materiales aislantes, como el poliuretano, en la parte interna del techo, es una práctica que se utilizado con éxito para complementar la tarea de obstaculizar el ingreso de calor al interior del galpón. Tal vez la principal desventaja es su elevado costo.

Microaspersores y Ventiladores: Los microaspersores inyectan agua en el aire a muy alta presion (3 a 7 kilos), generando una neblina de gotas muy pequeñas, que al evaporarse reducen la temperatura. El caudal aproximado es de 4 a 8 lts/hora. Sin embargo, este sistema depende de la humedad relativa exterior, ya que no debe sobrepasarse del 80% la HR interior, y de la velocidad del viento, ya que, si no logra el arrastre de las gotas, estas causaran pozos en la cama que generaran otros problemas en el sistema. La ventilación por túnel se ha vuelto tan popular porque el sistema reduce mucho la mortalidad y mejora la producción de los pollos de engorde durante épocas de más calor.  Una comparación del real desempeño de los pollos de engorde documentado por una compañía de pollos de carne durante el verano de 1997 es típica el mejoramiento de los pollos tal como se muestra en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Rendimiento de los pollos de engorde en galpones con ventilación por túnel.

Fuente: Lacy y Czarick (1992).

En general, las comparaciones durante los últimos años han mostrado que los pollos de engorde criados en galpones con túnel, son 3 a 5% más pesados al momento de ser procesados y tienen 2 a 3% mejor conversión alimenticia.  La mayor parte de la mejoría en la ganancia de peso ocurre después de los 35 días de edad con menores índices de mortalidad.

Restricción de alimento: La restricción del alimento es una técnica la cual se aplica en las horas más calurosas del día (09:00 a 16:00 horas) en la última semana de cría, donde se obliga a los pollos a consumir el alimento en las horas más frescas (la noche), minimizando la producción de calor metabólico (corporal) en las horas de mayor temperatura ambiental.  Sin embargo, esta restricción no puede ser prolongada ya que su efecto es limitado, porque a medida que aumenta el periodo de ayuno disminuye la tasa de crecimiento. Por lo tanto, lo recomendable es realizar restricciones no mayores a 7 horas del día. Es importante destacar que la restricción se debe realizar con previo acostumbramiento, realizando restricciones cortas entre los 21 – 28 días de edad de los pollos. Como resultado de la restricción de alimento se logra disminuir la temperatura corporal entre 0,3 y 0,4 ºC y reducir la mortalidad.

Adición de aditivos: como aditivos para disminuir los efectos del estrés calorico se puede utilizar hidratantes formulados a base de electrolistos, vitaminas y fármacos que pueden ser adicionados al agua (con mayor efectividad) o en el alimento. El mecanismo de acción de estos compuestos consiste en la interferencia que ellos producen en la síntesis de hormonas relacionadas con el estrés, los cuales intervienen a su vez en los centros de termorregulación. Entre los más estudiados está el ácido acetil salicílico (aspirina) con resultados muy variables, utilizado sólo o asociado con la vitamina C (ácido ascórbico). Los tranquilizantes han sido valorizados en mamíferos con resultados promisorios; en aves solo la fenotiazina incorporada al alimento (2-4 g/Kg) ha demostrado disminuir las perdidas en ganancia de pesos, en situación de estrés calórico.

Entre la adición de aditivos, también se puede considerar el uso de los electrolitos, mediante la manipulación del balance de electrólitos (potasio, sodio y cloro) en la dieta o el agua, tiene una influencia significativa en el comportamiento productivo de los pollos de engorde, debido a su efecto sobre el balance ácido – base. El principio consiste en administrar, a través del agua de bebida o en el alimento, ciertas sales como una vía para limitar el aumento del pH sanguíneo en los momentos de la incidencia de las altas temperaturas y también aumentar por este medio el consumo de agua, debido a una modificación que se produce en la presión osmótica del plasma. Los aditivos más estudiados son el cloruro de amonio (NH₄ CL) y el bicarbonato de sodio (Na HCO₃). Gracias a esta estrategia es posible disminuir la mortalidad en un 22% adicionando electrolitos en el agua. Por lo tanto, este mecanismo sólo es efectivo si la temperatura del agua permanece fresca; en condiciones de alta temperatura del agua, el sabor de la sal y la sensación de agua cálida van a limitar contrariamente la ingestión de esta.

Manipulación de la composición del alimento: Sobre este aspecto existe mucha controversia con los resultados obtenidos por los distintos laboratorios en diferentes países. Para algunos investigadores, dietas con alto contenido calórico (3200-3300 Kcal) han tenido efectos favorables sobre la ganancia de peso y comportamiento productivo en general de los pollos. La adición de grasas o aceites en lugar de cereales han aportado resultados satisfactorios; no obstante, el nivel de balance entre aminoácidos y la concentración calórica parece ser esencial en estos regímenes de alta densidad.

Mejorar la composición y calidad del agua: Este perfectamente establecido que la disponibilidad de agua y de bebederos, en condiciones de clima cálido, es un requerimiento fundamental. En este sentido, se ha determinado que existe una necesidad de suplementar en un 10 o 15% la disponibilidad de bebederos y el área disponible por ave y mejorar la temperatura del agua, que en algunas granjas debido a que las tuberías están cercanas al techo o expuestas al sol.

Finalmente se considera, que todas las estrategias que tomamos en cuenta son directamente extrapolables a cualquier país tropical o subtropical con avicultura intensiva como la nuestra e inclusive a los países templados durante sus épocas de fuertes olas de calor, donde la mortalidad por estrés calórico no es despreciable. En el sistema de producción se pueden aplicar cualquieras de las estrategias, de forma individual (restricción de alimento) o simultanea (restricción de alimento + ventilación), donde es importante tomar en cuenta los costos que representan cada una de las estrategias, para definir la estrategia ideal para aplicar. Es necesario tener claro que aún queda mucho por evaluar por parte de los centros e instituciones especializas en investigación, para lograr que una estrategia utilizada capaz de alcanzar el  0% de mortalidad por estrés calórico.

La máxima siempre será, que en toda unidad de producción el talento humano de gestión técnica, deberá tomar las mejores decisiones para garantizar el confort necesario a las aves, previendo los efectos del estrés calórico, para que los pollos de engorde, gallinas ponedoras o aves reproductoras expresen su potencial genético en productividad.

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